Pueblos Mágicos
Puebla es una de las 32 entidades federativas de México. Se localiza en el centro oriente
del país. Su superficie es de 34.251 km², en la cual viven más de cinco millones de personas, que convierten a este Estado en el quinto más poblado del país.
Puebla está subdividida en 217 municipios, cada municipio es gobernado por un ayuntamiento, conformado por el presidente municipal y el cabildo del municipio; siete de estos municipios están catalogados como “Pueblos Mágicos”.
A continuación te damos a conocer estos siete pueblos mágicos se encuentran en la Sierra Nororiental y en la Sierra Mágica con una breve descripción:
- Sierra Nororiental
-Cuetzalan del progreso.
Anochecer en la plaza principal |
En la ladera de la montaña, entre valles de fértiles terrazas, selvas de helechos gigantes donde habitan seres fantásticos, senderos que conducen a idílicas cascadas, grutas que se sumergen en el inframundo y pozas de un agua increíblemente transparente, se alza el Pueblo Mágico de Cuetzalan.
El pueblo donde el hombre se transforma en pájaro y vuela. El pueblo que danza con sus quetzales, sus negritos y sus enmascarados payasos, el que se aferra al cerro con raíces de piedra. Muy cerca, en el sitio arqueológico de Yohualichan, queda el legado en piedra de los ancestros. Cuetzalan se aferra al cerro con raíces de piedra. Café, bordados, flores, huaraches y alimentos en un ajetreo que sólo interrumpe el espectáculo sin igual de los voladores. Un momento verdaderamente mágico.
-Tlatlauquitepec
En el centro de este pintoresco Pueblo Mágico, el ex-convento más antiguo de su clase de toda Latinoamérica:Santa María de la Asunción, de 1531. Aquí se formaron cientos de frailes y fue en su día un centro cultural. No te pierdas los magníficos artesonados de su templo.
Tlatlauquitepec es naturaleza en estado puro. Recorre uno de sus senderos entre la vegetación y descansa junto a la Presa de la Soledad, o atraviesa la alfombra verde de helechos hasta la Cascada de Puxtla y báñate en su poza azul. Atrévete a volar en tirolesa, a descender el Cerro Cabezón en rapel o a sumergirte en el agua en la Cueva del Tigre. Toda una aventura que tienes que vivir.
- Sierra Mágica
-Zacatlán
Zacatlán se rodea de bosques cubiertos de niebla, fértiles campos sembrados de árboles frutales y valles donde las rocas desafían a la gravedad. Un Pueblo Mágico de sobria belleza, alejado de ostentación, orgulloso de su herencia.
Honran la tradición relojera de este pintoresco Pueblo Mágico el gran reloj floral en la plaza y los autómatas en la fachada de Centenario. Con las últimas campanadas, la niebla vuelve a envolverlo todo en un aura mágica y en las noches de fiesta la gran plaza se transforma en un espectáculo de danzas, música y pirotecnia.
Visitar Zacatlán en los meses de julio a octubre permitirá disfrutar de su agridulce producción frutícola conformada por diversas variedades de ciruelos, peras y principalmente manzanas, estas últimas han permitido celebrar desde 1941 la gran feria de la manzana.
-Chignahuapan
Chignahuapan es colorista y lleno de encanto, como si el pueblo entero fuera un lienzo; casas, templos y jardines están pintados en la paleta más alegre de México. Brillantes esferas de Navidad encienden las calles desde cada tienda. El Pueblo Mágico de Chignahuapan parece un escenario de cuento que ha visto nacer personajes como el gran humorista Capulina.
En el jardín principal, los rojos, azules y amarillos del Quiosco destacan como pinceladas impresionistas entre el verde de la frondosa vegetación.
-Pahuatlán
Para llegar a Pahuatlán, el viajero debe adentrarse en la Sierra Mágica, atravesando valles y cruzando barrancas hasta este pequeño Pueblo Mágico. El viaje es además un viaje en el tiempo. Los pobladores de esta región han logrado mantener intactos sus modos de vida y sus tradiciones náhuatl y otomí.
Junto a los ritos cristianos, en algunas comunidades como San Pablito, las cuevas y manantiales son escenario de ofrendas a las deidades de la naturaleza. En sus ceremonias utilizan el papel amate, una artesanía que mantiene su carácter ritual.
Estas comunidades no se comprenden fuera de su entorno, de sus milpas en pleno bosque nuboso donde crecen el café y el aguacate. En la Sierra Mágica la armonía entre hombre y naturaleza es completa.
-Xicotepec de Juárez
Xicotepec posee el honor de haber sido capital de la República Mexicana durante tres días en 1920, mientras se practicaba la autopsia al recién asesinado Venustiano Carranza. Desde entonces, pocos acontecimientos alteran la paz de este pequeño Pueblo Mágico, ubicado en plena Sierra de Puebla. Un paseo por su gran zócalo te descubre un jardín que parece el vergel, rodeado de pintorescos portales impregnados del exquisito olor a café que emana de las cafeterías.
Montañas de verde intenso, cubiertas por la niebla, arropan a este Pueblo Mágico. Adéntrate en quebradas tan profundas como La Garganta del Diablo. Siente la adrenalina mientras te deslizas por tirolesas, o pruebas las aguas blancas del río San Marcos. Una escapada ideal para disfrutar de las tradiciones en plena naturaleza.
Visitar Zacatlán en los meses de julio a octubre permitirá disfrutar de su agridulce producción frutícola conformada por diversas variedades de ciruelos, peras y principalmente manzanas, estas últimas han permitido celebrar desde 1941 la gran feria de la manzana.
-Chignahuapan
Chignahuapan es colorista y lleno de encanto, como si el pueblo entero fuera un lienzo; casas, templos y jardines están pintados en la paleta más alegre de México. Brillantes esferas de Navidad encienden las calles desde cada tienda. El Pueblo Mágico de Chignahuapan parece un escenario de cuento que ha visto nacer personajes como el gran humorista Capulina.
En el jardín principal, los rojos, azules y amarillos del Quiosco destacan como pinceladas impresionistas entre el verde de la frondosa vegetación.
-Pahuatlán
Para llegar a Pahuatlán, el viajero debe adentrarse en la Sierra Mágica, atravesando valles y cruzando barrancas hasta este pequeño Pueblo Mágico. El viaje es además un viaje en el tiempo. Los pobladores de esta región han logrado mantener intactos sus modos de vida y sus tradiciones náhuatl y otomí.
Junto a los ritos cristianos, en algunas comunidades como San Pablito, las cuevas y manantiales son escenario de ofrendas a las deidades de la naturaleza. En sus ceremonias utilizan el papel amate, una artesanía que mantiene su carácter ritual.
Estas comunidades no se comprenden fuera de su entorno, de sus milpas en pleno bosque nuboso donde crecen el café y el aguacate. En la Sierra Mágica la armonía entre hombre y naturaleza es completa.
-Xicotepec de Juárez
Xicotepec posee el honor de haber sido capital de la República Mexicana durante tres días en 1920, mientras se practicaba la autopsia al recién asesinado Venustiano Carranza. Desde entonces, pocos acontecimientos alteran la paz de este pequeño Pueblo Mágico, ubicado en plena Sierra de Puebla. Un paseo por su gran zócalo te descubre un jardín que parece el vergel, rodeado de pintorescos portales impregnados del exquisito olor a café que emana de las cafeterías.
Montañas de verde intenso, cubiertas por la niebla, arropan a este Pueblo Mágico. Adéntrate en quebradas tan profundas como La Garganta del Diablo. Siente la adrenalina mientras te deslizas por tirolesas, o pruebas las aguas blancas del río San Marcos. Una escapada ideal para disfrutar de las tradiciones en plena naturaleza.
-Cholula
Cholula es su contrapunto indígena. Habitada durante miles de años, Cholula -en realidad dos ciudades, San Pedro y San Andrés- se construye sobre la ciudad preshipánica, un gran centro ceremonial con siglos de tradición.
Y siguiendo con la tradición artística, Cholula es también Talavera. Aquí se concentran las fábricas que continúan produciendo estas auténticas obras de arte según el proceso tradicional mezclando arcillas, cociendo en el horno, moldeando las piezas una a una y pintándolas a mano, como antaño. El color inunda patios y fachadas.
Así sigue siendo Cholula, un lugar de tradiciones anclado en dos mundos.
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